Ello
sucede con la Zona Arqueológica Monumental Mateo
Salado, que se encuentra entre
Breña, Pueblo Libre y el Cercado de Lima.
Más
conocido como la Huaca Mateo Salado, este complejo arqueológico es un conjunto de cinco pirámides
monumentales que fue un centro administrativo y ceremonial de la cultura Ichma. Su construcción se
inició hacia el año 1100 a.C. Y culminó
con la ocupación Inca en el siglo XV.
La
huaca fue residencia del inca y templo de pescadores. Con la llegada de los españoles
en el siglo XVI fue abandonada y, en
la república, sufrió destrozos por constructoras e invasores. Declarado Patrimonio
Cultural de la nación en 2001, en 2007 se iniciaron labores de recuperación del
conjunto monumental que hoy continúa el Ministerio de Cultura con trabajos de investigación,
conservación y puesta en valor.
La
huaca lleva el nombre de Mateo Salado
por el inmigrante francés Mathheus
Saladé (1528 – 1573), un luterano protestante que al ser perseguido por su
fe vivió en esa zona. Acusado de blasfemo, hereje contumaz y de proferir
palabras impías, trabajaba solo en la huaca hasta que la santa inquisición lo
apreso en 1571 y ordeno su ejecución en la hoguera el 15 de noviembre de 1573,
en el primer Auto de fe en la Plaza Mayor de Lima, según relata Antonio de La Calancha en su libro “Crónica Moralizada” (1638).