ANALIZA TUS PROBLEMAS
Cuando
te inquiete un problema,
afróntalo
con calma.
Si
descubres que no tiene solución,
¿para
qué permites
que
te siga atormentando?
Ante
lo irremediable, lo más sensato
es
aceptarlo con tranquilidad.
Es
torpe que te quiebres la cabeza
contra
las paredes
por
algo que no tiene remedio.
Lo
sabio es dejarlo,
no
perder el tiempo en lo inútil
y
conservar la serenidad.
Y
si el problema tiene solución,
pues
a trabajar por hallarle la mejor salida.
Simplifica
lo complicado.
“La crítica es luz
que deja ver, al mismo
tiempo, lo
perfecto y lo imperfecto”. Miguel
Antonio Caro