¡Persevera en tu optimismo !
Las
realizaciones meritorias
se
deben al entusiasmo
con
que sus ejecutores
las
han planeado
y
las han llevado a cabo.
Los
desanimados
no
quieren mover un dedo
en
favor de los cambios necesarios
en
benefició de los necesitados.
Más,
no basta con “tener entusiasmo”
en
un proyecto que valga la pena,
sino
que es preciso
“mantener
con tenacidad tal entusiasmo”,
pues,
nada grande y valioso
se
ha realizado
sin
un entusiasmo sostenido.
Al que se fija a
una estrella no lo toca
el lodo.