¡RELÁJATE!
Si
despiertas cansado
es
posible que tu posición en la cama,
la
noche anterior, haya sido inadecuada.
Al
irte a dormir toma conciencia de
que
vas a descansar
y a
reponer fuerzas
para
la actividad del día siguiente.
Antes
de dormirte, relaja todo tu cuerpo.
Suelta
los músculos de tu rostro,
y
sonríe amorosamente.
Capitaliza
a tu favor
las
experiencias de bondad
de
las cuales has sido testigo.
Deslígate
de cualquier problema,
y
ponte en manos de Dios
para
que duermas serenamente.
Vive en paz con Dios
y sé comprensivo, optimista y
alegre,
para que seas un constructor
de la paz.