Leyenda del sol y la luna
¿Cómo
nacieron el sol y la Luna?
Esta
es, indudablemente, una de las primeras preguntas que se hicieron nuestros
antepasados. ¿Cómo contestarla?
Los
hombres de la antigüedad se respondieron: “Al sol y a la Luna los hicieron los
dioses”. Y así, del sentimiento e imaginación humanas nacieron los mitos y
leyendas. Te presentamos una leyenda muy antigua sobre el origen del sol y la
Luna. Es la leyenda azteca del Quinto Sol.
Cuentan
los nahuas que los dioses Tezcatlipoca, Quetzalcóatl y Citlalicue, ordenaron
que se hiciera el Sol. Para ello se reunieron en Teotihuacan alrededor de una
hoguera sagrada en la cual debía de sacrificarse el que quisiera convertirse en
el Sol. Para el sacrificio se ofrecieron Tecciztécatl, hermoso y rico; y
Nanahuatzin, enfermo y pobre. En el momento en que debían decidirse,
Tecciztécatl tuvo miedo y fue Nanahuatzin quien, lleno de valor, se arrojó a la
hoguera, de donde salió convertido en el Sol.
Entonces
Tecciztécatl, avergonzado de su cobardía, se arrojó también a la hoguera,
saliendo convertido en la Luna. Al principio los dos brillaban igual, pero los
dioses, como recuerdo de su cobardía, le arrojaron un conejo a la Luna, con lo
cual disminuyó su brillo. Este conejo puede verse aún hoy en la Luna, y sirve
para recordarnos que el valor es una virtud mayor que la belleza o la riqueza.