Está inspirada en la Sevilla de fines del siglo XVII o comienzos del siglo XVIII.2 Esta es una obra en la que Rosina, una bella muchacha rica y huérfana, a quien su tutor, don Bartolo la tiene encerrada sin dejarle salir más que para ir a misa con la esperanza de casarse con ella algún día, está enamorada del joven conde de Almaviva. En la barbería de Fígaro se mira con simpatía al joven conde, y el barbero procura favorecer su amor con Rosina, para ello le da por consejo al conde que se disfrace de soldado con boleto de alojamiento pero con la mala fortuna que don Bartolo es de los poco en la ciudad que por privilegios no está obligado a recibir soldados, Almaviva es rechazado y a punto de ser detenido por falsedad.
Pero Fígaro le anima y se vuelve a disfrazar de clérigo con la intención de darle la acostumbrada clase de canto sustituyendo a su viejo maestro don Basilio, que se ha puesto enfermo. Pero la mala fortuna hace que siendo afeitado don Bartolo por Fígaro se presente el auténtico maestro don Basilio. Pero Fígaro lo arregla con una moneda de oro en la mano de don Basilio, de este modo el conde de Almaviva y Rosina acuerdan casarse en secreto. Pero el viejo tutor don Bartolo que no se fía llama al escribano para adelantar la boda, Fígaro se da cuenta y avisa al conde Almaviva que se apresura y se casa con Rosina
Pero Fígaro le anima y se vuelve a disfrazar de clérigo con la intención de darle la acostumbrada clase de canto sustituyendo a su viejo maestro don Basilio, que se ha puesto enfermo. Pero la mala fortuna hace que siendo afeitado don Bartolo por Fígaro se presente el auténtico maestro don Basilio. Pero Fígaro lo arregla con una moneda de oro en la mano de don Basilio, de este modo el conde de Almaviva y Rosina acuerdan casarse en secreto. Pero el viejo tutor don Bartolo que no se fía llama al escribano para adelantar la boda, Fígaro se da cuenta y avisa al conde Almaviva que se apresura y se casa con Rosina