Resumen del cuento:
Un
día una liebre se burlaba del lento caminar de una tortuga.
La
tortuga, sin ofenderse, le replicó:
Tal
vez tu seas más rápida, pero yo te ganaría en una carrera.
Y
la libre, totalmente convencida que eso era imposible, aceptó el reto. La
tortuga estaba completamente segura que iba a ganar, así que dejó que la liebre
eligiera el recorrido e incluso la meta. La liebre eligió un camino muy fácil
para ella: Lleno de obstáculos para que la pobre tortuga, con las piernas tan
cortas que tenía, se tropezase todo el rato.
Al
llegar el día de la carrera, empezaron a la vez. La tortuga no dejó de caminar
todo el rato, lenta, pero constante. En cambio la liebre, al ver que llevaba
una gran ventaja sobre la tortuga se paró a descansar y se quedó dormida debajo
de un árbol.
Cuando
se despertó, miró detrás para ver donde estaba la tortuga, pero no la vio.
Espantada, miró para adelante y vio como la tortuga estaba a punto de llegar a
la meta.
Corrió
entonces la liebre tanto como pudo, pero no pudo alcanzar a la tortuga. Y fue
así como la tortuga se proclamó vencedora.