Escritor,
novelista, ensayista y poeta inglés, proveniente de una familia de notables
intelectuales y dueño de una inteligencia excepcional.
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El hábito convierte los placeres suntuosos en necesidades cotidianas.
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En la mayoría de los casos la ignorancia es algo superable. No sabemos porque
no queremos saber.
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El secreto de la genialidad es el de conservar el espíritu del niño hasta la
vejez, lo cual quiere decir nunca perder el entusiasmo.
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¿Cómo sabes si la Tierra no es más que el infierno de otro planeta?
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Cada generación piensa que puede ser más inteligente que la anterior.
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Tal vez, sólo los genios son verdaderos hombres.
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Los vecinos que uno nunca ve de cerca son los vecinos ideales y perfectos.
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El agnosticismo simplemente significa que una persona no dirá que sabe o cree
aquello para lo que no tiene bases para sostener que cree.
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La investigación de las enfermedades ha avanzado tanto que cada vez es más difícil
encontrar a alguien que esté completamente sano.
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Existe al menos un rincón del universo que con toda seguridad puedes mejorar, y
eres tú mismo.
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Una verdad sin interés puede ser eclipsada por una falsedad emocionante.
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Los hechos no dejan de existir aunque se los ignore.
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Existen tres clases de inteligencia: la inteligencia humana, la inteligencia animal
y la inteligencia militar.
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Cuanto más siniestros son los deseos de un político, más pomposa, en general,
se vuelve la nobleza de su lenguaje.
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Saber es relativamente fácil. Querer y obrar de acuerdo a lo que uno quisiera,
es siempre más duro.
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Por muy lentamente que os parezca que pasan las horas, os parecerán cortas si
pensáis que nunca más han de volverá pasar.
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Quizá la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones
de la historia.
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La persona inteligente busca la experiencia que desea realizar.
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La experiencia no es lo que te sucede, sino lo que haces con lo que te sucede.
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Todos los hombres son dioses para su perro. Por eso hay gente que ama más a sus
perros que a los hombres.
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Nunca es igual saber la verdad por uno mismo que tener que escucharla por otro.
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El bien de la humanidad debe consistir en que cada uno goce al máximo de la
felicidad que pueda, sin disminuir la felicidad de los demás.
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Las palabras están ahí para explicar el significado de las cosas, de manera que
el que las escucha, entienda dicho significado.
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La magnitud de las cantidades de dinero parece variar en modo notable según
hayan de ser pagadas o cobradas.
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Una orgía real nunca excita tanto como un libro pornográfico.
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El hombre silencioso no presta testimonio contra sí mismo.
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La totalidad está presente incluso en las piezas rotas.
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Las personas debemos el progreso a los insatisfechos.
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La civilización es, entre otras cosas, el proceso por el que las primitivas
manadas se transforman en una analogía, tosca y mecánica, de las comunidades
orgánicas de los insectos sociales.
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El burgués es el perfecto animal humano domesticado.
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La felicidad no es nunca grandiosa.
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Participamos en una tragedia; en una comedia sólo miramos.