León Tolstoi
Novelista ruso, profundo pensador social y moral, y uno de los más eminentes
autores de narrativa realista de todos los tiempos.
1-
El que ha conocido sólo a su mujer y la ha amado, sabe más de mujeres que el
que ha conocido mil.
2-
Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo
que no tengo.
3-
A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa.
4-
El secreto de la felicidad no es hacer siempre lo que se quiere sino querer
siempre lo que se hace.
5-
La razón no me ha enseñado nada. Todo lo que yo sé me ha sido dado por el
corazón.
6-
No se vive sin la fe. La fe es el conocimiento del significado de la vida
humana. La fe es la fuerza de la vida. Si el hombre vive es porque cree en
algo.
7-
El matrimonio es una barca que lleva a dos personas por un mar tormentoso; si
uno de los dos hace algún movimiento brusco, la barca se hunde.
8-
No hay más que una manera de ser feliz: vivir para los demás.
9-
Sucede a veces que se discute porque no se llega a comprender lo que pretende
demostrar nuestro interlocutor.
10-
Antes de dar al pueblo sacerdotes, soldados y maestros, sería oportuno saber si
no se está muriendo de hambre.
11-
Vivir en contradicción con la razón propia es el estado moral más intolerable.
12-
Es más fácil escribir diez volúmenes de principios filosóficos que poner en
práctica uno solo de sus principios.
13-
El verdadero amor supone siempre la renuncia a la propia comodidad personal.
14-
Para los historiadores, los príncipes y los generales son genios; para los
soldados siempre son unos cobardes.
15-
Es más fácil hacer leyes que gobernar.
16-
Dios existe; pero no tiene ninguna prisa en hacerlo saber.
17-
El dinero es una nueva forma de esclavitud, que sólo se distingue de la antigua
por el hecho de que es impersonal, de que no existe una relación humana entre
amo y esclavo.
18-
Toda reforma impuesta por la violencia no corregirá nada el mal: el buen juicio
no necesita de la violencia.
19-
La vida consiste en la comprensión de la verdad.
20-
La muerte no es más que un cambio de misión.