Alejandro Dumas fue un novelista y dramaturgo francés. Sus novelas van desde la aventura a la fantasía. Editó poemas y relatos largos, y representó vodeviles en teatros de variedades, escribió también novelas históricas, aprovechando el auge del género propiciado por su publicación por entregas en los periódicos. El más popular de los escritores románticos franceses, fue autor de unos trescientos libros y numerosísimos artículos, que hicieron de él uno de los autores más prolíficos y populares. Entre sus obras destacan “Los tres mosqueteros” y “El conde de Montecristo”.
1- ¿Cómo es que, siendo tan inteligentes los niños, son tan estúpidos la mayor parte de los hombres? Debe ser fruto de la educación.
2- La vida es fascinante: sólo hay que mirarla a través de las gafas correctas.
3- Hay mujeres que quieren tanto a sus maridos que, para no usarlos, toman el de sus amigas.
4- Para toda clase de males hay dos remedios; el tiempo y el silencio.
5- El bien es lento porque va cuesta arriba. El mal es rápido porque va cuesta abajo.
6- Todo cabe en lo breve. Pequeño es el niño y encierra al hombre; estrecho es el cerebro y cobija el pensamiento; no es el ojo más que un punto y abarca leguas.
7- Las madres perdonan siempre: han venido al mundo para eso.
8- El matrimonio es una cadena tan pesada que para llevarla hace falta ser dos y, a menudo, tres.
9- El matrimonio es una carga tan pesada que para llevarla hace falta ser dos, y a menudo tres.
10- La mujer es como una buena taza de café: la primera vez que se toma no te deja dormir.
11- No hace falta conocer el peligro para tener miedo; de hecho, los peligros desconocidos son los que inspiran más temor.
12- No estimes el dinero en más ni en menos de lo que vale, porque es un buen siervo y un mal amo.
13- Cuando el amor desenfrenado entra en el corazón, va royendo todos los demás sentimientos; vive a expensas del honor, de la fe y de la palabra dada.
14- No hace falta conocer el peligro para tener miedo; de hecho, los peligros desconocidos son los que inspiran más temor.
15- La mujer es como una buena taza de café: la primera vez que se toma, no deja dormir.