RESUMEN:
-El
hijo prodigo es un drama de carácter religioso que se enraíza con el teatro
quechua.
Como
su nombre lo sugiere, su nombre es una versión de la parábola bíblica, pero con
fuertes elementos indígenas. El hijo menor e Kuyaj Yaya, Hurin Saya, joven
convertido al cristianismo, inicia un viaje con la finalidad de conocer el
mundo, enriquecer sus conocimientos y deleitarse con todo lo bueno que puede
encontrar en la vida.
En
su travesía lo acompañan Diospa Simin (la Palabra de Dios), que permanentemente
lo aconsejará para que no se desvíe del buen camino, y Uku (el cuerpo), que es
un bufón.
Los
tres se encuentran primero con Huayna Kari, símbolo de la juventud, y luego con
Mundo, que es sinónimo de diversión, de placeres. Mundo le presenta a su
hermana Aicha, que representa a la voluptuosidad, y Hurin Saya se enamora
perdidamente de ella, e inicia una vida licenciosa que lo destroza física y
moralmente. Harapiento y desfigurado, busca a sus amigos de diversión, pero
todos lo echan porque ya no tiene dinero para gastar en fiestas.
En
su desesperación, el joven cristiano se hace sirviente del diablo, entristecido
por sus penurias, al final de la obra, la palabra de Dios lo rescata del
infierno, y Hurin Saya regresa a su hogar, donde su padre lo recibe jubiloso,
ante la protesta del hermano mayor, Hanan Saya, que no había salido de su casa.