Poema Origen del oro
de Manuel Gonzalez Prada
Sacrifica
el Rey anciano
Un
llama negro y lustroso,
Y
hacia los cielos eleva
El
corazón y los ojos.
-A
ti, Sol inmaculado,
Padre
fecundo de todo,
A
ti consagro la ofrenda
De
mi culto fervoroso.
En
vano tribus salvajes
Adoran
sierpes y monstruos:
Yo
mi único Dios te aclamo,
Yo
te venero y te adoro.
-«Tú,
que primero me adoras,
Dice
el Sol, oh Rey devoto,
Padre
serás de un Imperio
Rico,
vasto y poderoso.
Si
me ofreces negro llama,
Te
doy inmenso tesoro,
Que
hará tus hijos potentes,
Que
hará tu Reino famoso».
Llora
el Sol en larga vena,
Y
tierras, lagos y arroyos
Beben
con sed insaciable,
Que
sus lágrimas son oro.