Dime qué dices, mar
¡Dime
qué dices, mar, qué dices, dime!
Pero
no me lo digas; tus cantares
Son,
con el coro de tus varios mares,
Una
voz sola que cantando gime.
Ese
mero gemido nos redime
De
la letra fatal, y sus pesares,
Bajo
el oleaje de nuestros azares,
El
secreto secreto nos oprime.
La
sinrazón de nuestra suerte abona,
Calla
la culpa y danos el castigo;
La
vida al que nació no le perdona;
De
esta enorme injusticia sé testigo,
Que
así mi canto con tu canto entona,
Y no
me digas lo que no te digo.