POEMA - LA CANCIÓN DEL CAMINO
Era
un camino negro.
La
noche estaba loca de relámpagos. Yo iba
en
mi potro salvaje
Por
la montañosa andina.
Los
chasquidos alegres de los cascos,
como
masticaciones de monstruosas mandíbulas
Destrozaban
los vidrios invisibles
de
las charcas dormidas.
Tres
millones de insectos
formaban
una como rabiosa inarmonía.
Súbito,
allá, a lo lejos,
por
entre aquella mole doliente y pensativa
de
la selva,
vi
un puñado de luces, como un tropel de avispas.
¡La
posada! El nervioso
látigo
persignó la carne viva
de
mi caballo, que rasgó los aires
con
un largo relincho de alegría.
Y
como si la selva
comprendiese
todo, se quedó muda y fría.
Y
hasta mí llegó, entonces,
una
voz clara y fina
de
mujer que cantaba. Cantaba. Era su canto
una
lenta... muy lenta... melodía:
algo
como un suspiro que se alarga
y se
alarga y se alarga... y no termina.
Entre
el hondo silencio de la noche,
y a
través del reposo de la montaña,
oíanse
los acordes
de
aquel canto sencillo de una música íntima,
como
si fuesen voces que llegaran
desde
la otra vida..
Sofrené
ml caballo;
y me
puse a escuchar lo que decía:
-
Todos llegan de noche,
todos
se van de día...
Y,
formándole dúo,
otra
voz femenina
completó
así la endecha
con
ternura infinita:
- El
amor es tan sólo una posada
en
mitad del camino de la vida.
Y
las dos voces, luego,
a la
vez repitieron con amargura rítmica:
-
Todos llegan de noche,
y
todos se van de día ...
Entonces,
yo bajé de mi caballo
y me
acosté en la orilla
de
una charca.
Y
fijo en ese canto que venía
a través
del misterio de la selva,
fui
cerrando los ojos al sueño y la fatiga.
Y me
dormí, arrullado; y, desde entonces,
cuando
cruzo las selvas por rutas no sabidas,
jamás
busco reposo en las posadas;
y
duermo al aire libre mi sueño y mi fatiga,
porque
recuerdo siempre
aquel
canto sencillo de una música íntima:
-
Todos llegan de noche,
todos
se van de día!
El
amor es tan sólo una posada
en
mitad del camino de la vida...
AUTOR:
José Santos Chocano
NACIONALIDAD:
Peruano