AZUL - Rubén Dario


RESUMEN: "Azul" de Rubén Dario

OBRA:   Esta obra podemos encontrarnos con diversos cuentos y poemas de diferentes ideas a tratar. En uno de ellos vemos las injusticias que se cometían a las personas de clase social baja (Pobres). Lo exótico también lo vemos en la contextura del libro. También nos muestra un talento artístico.

1. EL REY BURGUÉS.

Había una vez un rey muy poderoso. Éste vivía en un gran palacio en una ciudad inmensa.

Un día llegó al palacio un poeta pidiéndole comida; el rey le contestó que si hablaba comería. El poeta entonces comenzó a hablar del arte y de la poesía, de una forma rítmica, de tal forma que a la vez hacía poesía.

Entonces, el rey preguntó a los que estaban allí qué hacer, y un filósofo le dijo que el poeta podía ganarse el pan tocando un instrumento en el Jardín de los Cisnes; y el rey así lo hizo.

Cada vez que el rey se paseaba le daba un trozo de pan. Al llegar el invierno, una noche, en el palacio se preparó un festín, y el poeta, debido al frío murió, y nadie hasta el siguiente día se enteró.


2. EL SÁTIRO SORDO.

Un sátiro, rey de su selva, fue a “espiar” a Apolo que estaba tañendo su lira. Al ver la osadía del sátiro, Apolo le castigó dejándole sordo, de tal forma que no podía escuchar nada de lo que ocurría en su selva.

El sátiro tenía dos consejeros áulicos: la alondra y el asno, que le ayudaban a entender las cosas que ocurrían en la selva y él no oía.

Orfeo, un poeta (que tañía su lira haciendo sonreír a todos los animales) espantado de la miseria de los hombres, quiso huir de los bosques, yendo a la selva del sátiro.

Llegó allí con su lira, se colocó enfrente del sátiro y empezó a cantar. Cuando terminó su repertorio, le preguntó al sátiro si podía quedarse en su selva.

Éste les pidió ayuda a sus consejeros. Finalmente, el sátiro le negó su estancia allí y Orfeo quiso ahorcarse, pero en lugar de quitarse la vida, se casó con Eurípides.

3. LA NINFA.

En el castillo de Lesbia, en la hora del chartreuse, en la mesa se encontraban seis amigos actores, la mesa estaba presidida por Aspasia.

Lesbia comentó que le gustaban los sátiros, los seres mitológicos y las ninfas. Un sabio que allí se encontraba, habiéndose basado en hechos históricos pasados, les dijo que ya bastaba de tanta sabiduría, pues al él lo que le gustaban eran las ninfas, pero que no existían. Pero Lesbia decía que él sí las veía.

Un día de primavera, mientras un amigo de Lesbia (el que cuenta la historia) vagaba por el laberinto del castillo, oyó un ruido, se acercó al lugar donde se había producido, y vio a una ninfa dentro de un estanque, salió de éste y se marchó corriendo por los rosales.

Después se reunió con los demás actores y Lesbia les dijo el amigo había visto una ninfa y que ella le estaba mirando. Todos quedaron asombrados, observando cómo se miraban.

4. EL FARDO.

Cuenta que el tío Lucas, un viejo pescador, iba todos los días con su hijo de pesca. Vendían los fardos que pescaban, y si había buena venta, por la tarde también iban a pescar.

Pero un Sábado, por el reumatismo, el tío Lucas no pudo ir, y mandó a su hijo ir solo a la tarea diaria.

Pescó muchos fardos, y en uno, el más grande, se colocó encima de él para poder acabar su tarea, atando una cuerda a éste, para así poder subir las redes y coger los últimos peces (estaba ya acercándose a la playa), cuando, de pronto, la cuerda se soltó del fardo, haciendo que éste cayera sobre el hijo del tío Lucas y éste, con el fardo encima, sobre el filo de la lancha, rompiéndole los riñones, desencajándole el espinazo y echando por la boca sangre negra.

El tío Lucas lloraba abrazado al cuerpo de su hijo.

5. EL VELO DE LA REINA MAB.

Las hadas habían repartido todos sus dones; La reina Mab se coló por la ventana de su buhardilla y vio cuatro hombres, a uno le había tocado una cantera, a otro el iris, al tercero el ritmo y al último el cielo azul.

El primero con Grecia en la cabeza, alababa a las venus y los dioses de ésta. El segundo protestaba, diciendo que para qué quería el iris, si después sus cuadros no se ponían en ningún sitio y tenía que cobrarlos más baratos. El tercero decía que pondría su alma en la gran ilusión de sus sinfonías, temiendo todas sus decepciones, y el último alababa las epopeyas y todos los elementos que la componían.

Entonces, la reina Mab cogió su Velo de los Sueños y envolvió a los cuatro hombres, y desde entonces se piensa en el porvenir de los brillantes infelices y se oyen risas que quitan la tristeza.

6. LA CANCIÓN DEL ORO.

Cuenta la historia de un harapiento que va vagabundeando por las calles hasta llegar a la “gran calle de los palacios”.

En ésta, comienza a observar por las vidrieras, viendo todo lo que tienen dentro los hoteles.

La noche se va echando encima, y el mendigo come un poco de pan para poder combatir mejor el frío.

Comienza a cantar una canción, en la que siempre, al principio de cada oración dice: “¡Cantemos el oro!”. Es como un himno para él.

En medio de la noche, el vagabundo y esta canción van haciendo eco, mezclando gemidos, ditirambos y carcajadas.

Más tarde, cuando la canción terminó, pasó una vieja y él pidió limosna. Ésta le dio un mendrugo de pan duro, y el mendigo se fue por las sombras y las tinieblas, castañeando los dientes.

7. EL RUBÍ.

Un gnomo está dando vueltas por el palacio diciendo q los hombres pueden hacer rubíes y zafiros.

El cuerpo del delito estaba allí en el centro de la gruta, entonces, el gnomo cogió su cinturón y llamó a todos los gnomos, entre ellos el más viejo y maléfico: Puck.

Tras las miradas de todos asombrados, Puck comenzó a contar la historia de cómo después de recorrerse las calles parisinas, vio cómo se hacía el rubí. También dijo que había cumplido una promesa: traer un rubí, y les contó la historia que le sucedió.

Salió disparado de un volcán, al caer, vio a una bella mujer, la cogió, dio un golpe a la tierra y se la llevó. Mientras estaba dormida, Puck empezó a picar los rubíes; ya agotado, decidió irse a dormir, pero al rato despertó por un ruido, eran los gritos de la hermosa mujer; había intentado salir para buscar a su amado, porque entre ellos se comunicaban y había caído en los rubíes y estaba toda desangrada.

Al oír esta historia, los gnomos empezaron a martillar el rubí y a quitar todas las piedras de las paredes y las echaron al fondo de un agujero mientras Puck se marchaba.

8. EL PALACIO DEL SOL.

Berta era una niña de 15 años que padecía anemia y siempre estaba triste.

Su madre llamó al doctor, y éste le recomendó glóbulos de ácido arsenioso y duchas. Berta mejoró gracias al tratamiento, pero seguía estando triste.

Llegó un día a las puertas de su muerte, y todos los del palacio lloraban (porque era de una familia rica). Pero una mañana, ella estaba en el jardín y vio que de una flor salía un hada: era el hada de los sueños de las adolescentes que las llevaba al palacio del sol, y que curaba a las cloróticas con sólo llevarlas en su carro de oro al palacio del sol.

Cuando descendió, estaba toda su familia boquiabierta, pues Berta estaba saltando y cantando.

9. EL PÁJARO AZUL.

En el café Plombier se encontraba el hombre más querido entre ellos, Garcín, bautizado por ellos como Pájaro Azul.

Un día recibió una carta de su padre, que le decía que fuera a llevar los libros al almacén y que cuando hubiera llegado, quemara sus manuscritos y entonces tendría su dinero.

Garcín rompió las cartas e improvisó unos versos. Desde entonces Garcín cambió de carácter y escribió un libro titulado “El Pájaro Azul” y lo recitaba en el café poniendo a todos cara de asombro. Un día llegó riendo, pero en realidad estaba muy triste porque Niní había muerto.

Al día siguiente cuando llegó al bar todos le aplaudieron, el dijo que su pájaro azul iba a escapar; y posteriormente se marchó.

A la mañana siguiente, el café no era lo mismo: todos se marcharon a sus habitaciones, allí habían encontrado un coronel con un disparo en el cráneo y una nota que decía: “Hoy, en plena primavera, dejo abierta la puerta de la jaula al pobre pájaro azul”.

10. PALOMAS BLANCAS Y GARZAS MORENAS.

Rubén cuenta que, cuando él era pequeño se llevaba muy bien con su prima Inés.

Tuvo que ir a un internado a estudiar sus cursos de Bachillerato, y cuando regresó para estar con su abuela y con se prima Inés, la encontró hecha una mujer.

Él le dijo dos veces que la amaba, y ella se echaba a reír.

Tuvo que irse a otro país, y allí, en una fiesta, conoció a Elena, su primer amor verdadero. Con ella soñó y se dio su primer beso, el primer beso recibido de labios de mujer.

Marco Histórico

En los cuentos no se habla exactamente de un lugar. Pero la obra se escribió a finales de siglo xlx y a comienzos de siglo xx


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