RESUMEN:
Argumento del libro “La cortesana” de Pietro Aretino.
Micer
Maco es un señor venido de Siena, llega a Roma con el fin de hacerse cortesano
y más adelante cardenal; es un personaje con ínfulas de latinista, bastante
inquieto y locuaz, con un gran repertorio de versos y citas. De otra parte está
el señor Parabolano, un elegante y presumido caballero con aires de
conquistador.
El
maestro Andrea, un pintor de profesión, encuentra en Micer Maco un perfecto
candidato para hacer de él blanco en sus burlas y bromas; entonces se convierte
en la persona que habrá de convertir a Maco en el cortesano perfecto para lo
cual y como parte de su repertorio de burlas, hace que el tonto de Maco tome un
baño turco, dizque con el objetivo que su cuerpo adquiera la figura precisa que
exige tan rigurosa profesión.
Después
de tomar el baño y convencido de que se encuentra convertido en el mas
grandioso de los cortesanos, sale de la casa a realizar una visita a cierta
dama muy importante; entonces, su profesor (el pintor) y un amigo suyo se
disfrazan de españoles para juzgar una broma al engreído “cortesano”, haciendo
que Micer Maco abandone la casa de la señora, pues ellos mismos lo despiden con
cajas destempladas.
Por
su parte el fatuo Parabolano se ha enamorado perdidamente de una hermosa y
prestigiosa dama, pero su criado, especializado en picardías y artimañas, luego
de descubrir el amor de su amo por la doncella y con el concurso de una mujer
de vida fácil, decide jugarle una broma a su amo; para tal efecto, convierte a
la callejera en nodriza de la dama por quien suspira su amo y llevándola ante
el señor para que le manifieste que no solamente es correspondido en su amor,
sino que la dama arde en deseos de pasar una noche con su galán.
Convencido
de que tendrá oportunidad de gozar por una noche de las mieles del amor.
Parabolano acude al lugar de la cita para encontrarse con la sorpresa de que no
hay tal dama y que en su lugar se encuentra la esposa del panadero, quien ya se
ha puesto de acuerdo con la callejera.
Es
aquí donde se presenta el desenlace de la obra. Cualquiera podría pensar en un
final de tragedia, cosa que no ocurre porque Aretino decide un final en el que
el odio, la ira y la venganza no tienen lugar; al contrario, Parabolano
recuerda que ha sido autor de bromas semejantes a la que le corresponde
soportar y decide convertirlo todo en broma e invita a todos a que lo acompañen
a reír por la burla de que ha sido objeto.
Ríen
entonces Micer Maco, la panadera, su esposo y la rufiana, ríen los astutos y
los ingenuos y dejando como enseñanza que “tan bella comedia no debe terminar
en tragedia”.