RESUMEN;
Argumento del libro "Jean de la Lune" de Marcel
Achard.
El
argumento de la obra (representada por primera vez en 1929) tiene como prima
ballerina a Jef, florista de profesión y apodada desde su infancia como “Jean
de la Lune”, hombre crédulo, soñador, candoroso y amable, el perfecto cornuto,
quien espera con ansiedad su cita amorosa con Marceline, cuyos rasgos de
personalidad son la pasión, la voluntad, la alegría y la coquetería.
Marceline
no está sola; la acompaña su hermano Clotaire, más conocido como Clo-Clo, y
cuya misión es la de acolitar las intrigas de Marceline. Clo-Clo es el típico
vividor, pícaro, alcahuete, pero simpático y prudente.
Marceline
se siente un poco sorprendida por el candor, sencillez e inocencia de Jean,
pero su conversación con él se ve interrumpida por la aparición de Richard,
prometido de Marceline, quien al darse cuenta de todas las tramas de su amada
decide romper su compromiso.
Ella
lucha por conservar su romance, pero Richard no cede a las súplicas, y los
esfuerzos de Jean por reconciliarlos también fracasan. Finalmente Richard se
va; Jean decide tomar a Marceline por esposa. Fin del primer acto.
El
segundo acto se lleva a cabo en el apartamento de los jóvenes esposos, donde,
por supuesto, también vive Clo-Clo, quien se encuentra ocupado en la misión de
reconciliar a su hermana con un nuevo pretendiente, llamado Gastón.
La
misión fracasa, porque Gastón abandona parís para dirigirse a Brasil. Jef no
pierde la calma ante este nuevo lío; simplemente no le interesan los devaneos
de su mujercita. El tan solo se preocupa por su salud; su confianza hacia ella
no se perturba; antes, por el contrario, parece que su ternura ha aumentado.
Lo
cómico del acto se presenta cuando Jef hace leves reproches a Marceline
mientras ésta se halla dormida. Con esta escena concluye el segundo acto.
Cinco
años después de la boda se inicia el tercer y último acto: Marceline tiene un
nuevo amante, llamado Alexandre, quien pretende escaparse con ella; es decir,
robársela al legítimo esposo (Jean de la Lune).
Ella
voluble como siempre, acepta esta nueva aventura y solicita a Clo-Clo que le
comunique a Jef de su huida. Clo-Clo por su parte ya ha tomado cariño por este
ser de grandes valores y sólo merced a un tremendo esfuerzo logra decírselo.
Resulta
que Jef no le cree ni a su cuñado ni a su propia esposa y considera todo esto
como una ‘broma macabra’, dando el mismo calificativo a las declaraciones de
Marceline y a todas las pruebas existentes. “Tú no sabes nada de ti misma —le
dice—; eres una mujer adorable, cumplidora de tus obligaciones, dispuesta a los
más grandes y nobles sacrificios”.
Jef
ha despertado con estas palabras un sentimiento de fascinación, de seducción en
ella, de tal forma que se siente extática por el retrato que de ella hace su
esposo y trazado de una forma completamente inocente. En estas condiciones,
toma la decisión de quedarse con él.